domingo, agosto 19, 2007

La batalla por el Cusco: LA ENCRUCIJADA REGIONAL



El proceso descentralista y la construcción de los espacios regionales, fueron arrancados y conquistados en grandes jornadas regionales, producto de una pulsación social y política frente al centralismo nacional y sus focos regionales; no fue un regalo o el mandato “civilizado” de un gobernante. Por esta razón la descentralización es un escenario en disputa que tiene marchas y contramarchas, avances y retrocesos, propias de una confrontación de iniciativas y correlación de fuerzas regionales y nacionales. Como parte de un proceso en construcción, tiene sus errores, vacíos y búsqueda de alternativas, cuyas lecciones son parte de una experiencia valiosa. Es en esta dimensión estratégica es que debemos entender el proceso descentralista en el Cusco.

La Región del Cusco, entendida como el conjunto de la sociedad: política, económica, social y cultural, se encuentra en una ECRUCIJADA, en un punto de quiebre, cuyo desenlace por un lado puede ser volver a caer en la tentación de: LA OPORTUNIDAD PERDIDA, con la prolongación de un modelo regional en crisis heredada del gobierno de Cuaresma, cuyas consecuencias serían funestas. La otra alternativa es avanzar hacia un PUNTO DE INFLEXIÓN para el relanzamiento y desarrollo de un PROYECTO REGIONAL ALTERNATIVO, democrático, integrador, participativo, moderno y transparente, que garantice una GOBERNABILIDAD REGIONAL Y UN BUEN GOBIERNO, como parte de la reconstrucción y renovación democrática del país.

Las principales características y herencias del modelo regional de la anterior gestión es: la réplica de un modelo económico nacional en las regiones, que propician el crecimiento de enclave y fomentan la exclusión, adornado de un tinte populista. Un régimen político autoritario y patriarcal propias del gamonalismo político. Funcional al centralismo en su gradualismo y dependencia. Fuertemente localista cobijado en la ficción departamentalista. Creciente pérdida de identidad y personalidad cultural propias de proyectos enajenados. Gestión corrupta, ineficiente y burocrático. Y todo en el marco del agotamiento de un sistema político tradicional que enfrenta y anuló el surgimiento de una nueva realidad política de liderazgo regional.

LOS FACTORES Y ACTORES DE LA ENCRUCIJADA

Cuando el Presidente García señaló en el mensaje de Fiestas Patrias, que las regiones y en particular los gobiernos regionales, empezarían asumir las principales responsabilidades de la inversión y de gestión; lo que hacía era eludir las responsabilidades nacionales y tomaba una decisión política que tendrá graves consecuencias políticas, porque las regiones se convertirán en el escenario principal de la confrontación política, económica, cultural e ideológica.

El Cusco en los últimos tiempos no es ajeno a esta tendencia, porque se vienen configuran una peligrosa contradicción y correlación de fuerza; por un lado las fuerzas conservadoras y reaccionarias que han empezado a organizarse política, ideológica y en movilización; primero apuntando a desestabilizar a las instituciones regionales y municipales para enfrentarlas internamente; dividir a las organizaciones sociales con estructuras fantasmas; convocar a supuestas movilizaciones cívicas para dirigirlas a las organizaciones regionales y locales, tapando la responsabilidad nacional; so pretexto del fantasma del “caos y el desorden” vienen reivindicando y justificando el autoritarismo e invocando el modelo dictatorial. Esta correlación en el caso regional la vienen encabezando diversas fuerzas que tienen un hilo común, su pasado y compromiso con la estructura mafiosa del fujimorismo. Siembran diversas cortinas de humo para tapar y eludir la responsabilidad corrupta de sus gestiones en las diversas instituciones regionales y por otro lado reivindican la vuelta al pasado; para destruir el proceso descentralista, desmontar el desarrollo democrático, pero sobre todo buscando una derrota política y programática de las fuerzas progresistas; comprendiendo la integralidad del proceso, este ensayo es una aproximación a la disputa actual de la coyuntura política y programática en la región:

1.- EL MODELO ECONOMICO NEOLIBERAL EN LA REGIÓN

Existen en los políticos y especialistas económicos la tendencia, de sostener la viabilidad del modelo económico neloliberal como una abstracción de carácter nacional, dejando de lado el grave impacto que tiene en las regiones. Sin embargo la realidad es distinta, pues es en las regiones y localidades donde el modelo de enclave primario exportador, privatización monopólica de servicios y exclusión, es aplicado y materializado con los graves efectos sociales en curso.

El aparato económico y patrimonio empresarial regional de carácter estratégico, que podía servir como una Plataforma Económica y Productiva de Desarrollo; se encuentran privatizado, concesionado y fragmentado, en modelos de enclave y no como partes de un proceso económico integrador. Tintaya, Cachimayo, Enafer, Enturin, Camisea, sistema eléctrico, denuncios mineros; fueron entregados, regalados y destruidos por el gobierno fujimorista y sus autoridades regionales de entonces; no contentos con eso ahora existe el peligro de privatizar el aeropuerto, Electro Sur, Egemsa, Seda, etc. desde Lima. En consecuencia la traba principal y por tanto el responsable principal del atraso regional es el modelo neoliberal de carácter nacional y regional.

En esa misma tendencia, la negativa de parte del gobierno de Toledo y ahora de García de construir un ducto a la región, expresan la determinación de los grupos de poder de entregar estos recursos energéticos para la exportación y no como una plataforma energética para una nueva fase de industrialización productiva del Cusco a que tenemos derecho. El abandono y por tanto la prolongación de la crisis del agro es otra de las características de la política excluyente del neoliberalismo. La “sierra exportadora” es una propaganda sofisticada que oculta una gran realidad, sacrificar la agricultura de los andes en desmedro de algunas enclaves de la costa; así García pretende favorecer a los grandes inversionistas de la Leche Gloria con la segunda etapa de la irrigación de Majes en Arequipa, mientras se pretende secar las oportunidades del campo de provincias altas del Cusco.

El turismo como factor económico es manejada monopólicamente por: Lan Perú, Perú Rail y cuatro grandes agencias de turismo; por cuya razón la riqueza que genera no llega al conjunto de la sociedad. No obstante que el patrimonio cultural corresponde en propiedad a todos los peruanos y cusqueños; la actividad se encuentra absolutamente focalizada o en enclave para favorecer a un pequeño sector privilegiado; si algo beneficia es a pequeños sectores tercerizados a quienes les gotea o chorrea algunos centavos. Curiosamente desde este sector el turismo monopólico, estos grupos centralistas ligados a los oligopolios turísticos, se vienen configurando como el centro del poder fáctico que pretende encabezar y movilizar a la organización de las fuerzas reaccionarias.

El Gobierno de Cuaresma lejos de cuestionar el modelo nacional y regional y buscar nuevas rutas de desarrollo regional, fue absolutamente funcional a la política del MEF, como parte de la alianza FIM-PP del Gobierno de Alejandro Toledo; maquillando su silencio con una agresiva política populista de inversiones en infraestructura menor e improductiva con un claro fin reeleccionista, que fracasó en todos sus términos. El Gobierno de Cuaresma perdió la oportunidad de liderar una nueva propuesta de desarrollo regional; desarmando así cualquier iniciativa de las fuerzas productivas regionales.

Así por ejemplo los sectores “empresariales” y sus diversos gremios, lejos de defender sus intereses y la potencialidad del mercado regional, desde la época del fujimorismo, navegan en el coro del proceso privatista. Nunca pudieron levantar una propuesta económica sustentable y sostenible en la región a diferencia de los grandes emprendedores del siglo pasado que fueron los artífices de la primera y segunda oleada industrialista del Cusco. En la actualidad, contentos con su rol secundario en la economía, tienen escaso compromiso con el proceso descentralista y la construcción regional.

Las fuerzas sociales y profesionales en distinta dimensión, tampoco tienen una alternativa económica, salvo sus propuestas sectoriales y gremiales, aunque se debe reconocer que corresponde a este bloque haber encabezado un protagonismo en la lucha descentralista y por demandas como el Canon, la defensa de empresas que pretendían ser privatizadas.

No obstante la complejidad del proceso económico anteriormente señalado; como resultado de una coyuntura especial en el mercado internacional, con el “boom” minero y energético, el Cusco tiene en la actualidad UNA PLATAFORMA FINANCIERA IMPORTANTE proveniente del canon y las regalías; recursos económicos que hacen posible UNA NUEVA OPORTUNIDAD PARA EL DESARROLLO.

En este contexto económico el ascenso político al Gobierno Regional por parte de Hugo Gonzáles a la cabeza de UPP, generó grandes expectativas por su discurso y logró resultados electorales que marcan un momento inigualable en oportunidad y perspectiva, para superar definitivamente la experiencia populista y funcional al neoliberalismo de Cuaresma su antecesor. Tiene la posibilidad en el terreno económico de CONSTRUIR Y DINAMIZAR UN MERCADO Y FUERZAS PRODUCTIVAS REGIONALES SOSTENIBLE Y SUTENTABLEMENTE; basado en la plataforma financiera existente; en el soporte minero y energético; en la incorporación del turismo como palanca de desarrollo; desde cuya bases incluir e incorporar a la dinámica económica a la agricultura basada en la producción y tecnología andina.

Sin embargo es necesario señalar que en materia económica, el fundamentalismo del gobierno central respecto al modelo es vertical y dogmático. Amparados en “el rol de estado subsidiario” que preconiza la Constitución Fujimorista, vienen paralizando cualquier iniciativa regional en materia de inversiones productivas y energéticas empresariales. Las políticas de empréstito internacional, pasan por la supervisión del MEF; el SNIP es un candado centralista que prolonga o veta proyectos de inversión social por la supuesta falta de “viabilidad y retorno”. El “shock de inversiones” es parte de una propaganda para acusar a los gobiernos regionales de poco capacitados para la inversión y elaboración de proyectos; sobre cuya base crear condiciones, para el retorno del centralismo con el monitoreo desde el MEF en la aplicación del modelo en cuestión. En romper todas esas y otras trabas radica el reto de las regiones y sus gobiernos, para buscar y construir un modelo de desarrollo regional.

La aplicación del Presupuesto Participativo es un instrumento de gestión que expone una adecuada radiografía democrática de un gobierno regional y municipal. Pese a muchas dificultades e incomprensiones en su aplicación, la tendencia progresiva es cada vez mejor; de una abstención o incluso traba en trasladar las decisiones a la población del tema económico, se viene consolidando el proceso participativo; es evidente que un buen gobernante, traslada a su población las decisiones fundamentales de inversión, para que los defina el proceso participativo. Un buen gobernante, sintoniza y compatibiliza con su población en la formulación de sus propuestas fundamentales y prioritarias; así lo demuestra la experiencia de gobiernos locales como el de San Sebastián, en donde el 100 % de los Gastos de Inversión fueron aprobados en el proceso participativo, sin que ello haya significado una dispersión y populismo como desconfían algunas autoridades y funcionarios en sus distritos.

2.- EL PRESIDENCIALISMO PATRIARCAL

Las regiones han replicado y superado con creces las viejas deformaciones y lacras de los modelos autoritarios del centralismo; el gobierno de Cuaresma fue un régimen político, que basó su gestión, en la concentración personal de todo el poder en sus manos; rodeado de algunos funcionarios convocados con incoherencia política y programática que recogió en el camino, por la falta de un partido por cuanto el FIM era una simple agencia de empleo.

Como pequeño cacique, Cuaresma desconoció y provocó a sus propios Consejeros Regionales, grupo de representantes en su mayoría captados por clientelismo político, mientras marginaba a la minoría opositora en sus funciones fiscalizadoras. En cuanto al CC.RR. este organismo de un inicial desconocimiento de sus funciones, luego de un lento aprendizaje y maduración constituyó un Bloque Social con puntos comunes y dialogados, que en muchas ocasiones hicieron retroceder al régimen.

El presidencialismo es un caldo de cultivo para el populismo patriarcal, el individuo considera que los bienes del estado son de su propiedad y entonces empieza a regalar de manera dispersa y fragmentada la inversión; Cuaresma pensó que sembrando cemento podía conquistar su reelección, pero el pueblo recibió los “regalos” y voto por otro.

El gran reto de la nueva gestión es superar la herencia caciquista y construir un régimen democrático y participativo; este es un proceso de transición muy complicado y contradictorio. Se necesita una gran voluntad política, para romper los círculos políticos, personales y burocráticos, que alientan el presidencialismo, porque este viejo modelo permite la construcción de fracciones y grupos de poder, que terminan presionando o secuestrando decisiones para sus fines e intereses.

Es muy común encontrar gobiernos atravesados en disputa de grupos, que distancian un trabajo común entre: la presidencia, su ejecutivo, el Consejo Regional y el CC.RR.; promoviendo falsas disputas entre las “decisiones políticas” y las “decisiones técnicas”, que paralizan el trabajo planificado y colectivo, que debiera tener un buen gobierno, que potencie el aporte de cada de uno de los sectores. La fortaleza de un Ejecutivo radica en su inmensa capacidad en dirigir la orquesta con el Consejo Regional y el CCRR; marginar a cualquiera de las instancias en las decisiones de gobierno es funesto y un síntoma de debilidad.

El fortalecimiento y ampliación de la participación ciudadana es una tendencia irreversible, un buen gobernante tiene que marchar a la velocidad y sintonía de las pulsaciones y voluntad política de las fuerzas sociales que garantizan el proceso. Es el pulso entre la legitimidad del gobernante y el pueblo.

La conducta del gobierno nacional en la esfera del régimen político es de franco estancamiento, por la conducta corporativa del régimen y la política presidencialista de García. La espada del DL 982 que sancionan y penalizan a los gobernantes regionales y locales, que asuman una defensa popular, expresa nítidamente el carácter autoritario del presidencialismo nacional.

3.- GRADUALISMO O DESCENTRALISMO PROGRESIVO

El gradualismo es un freno para el avance de la descentralización y desconcentración del poder, el poder central es el principal escollo y responsable de la escasa voluntad de avanzar en temas de transferir funciones y competencias a los gobiernos regionales y municipales. Existe un retraso en la reforma del poder ejecutivo que sigue concentrando el poder en los principales temas de la gestión pública, superponiendo funciones entre las diversas instancias nacionales, regionales y locales. El poder legislativo tampoco se encuentra comprometido con los cambios; el Congreso Nacional no expresa la realidad regional y local en cuanto a funciones legislativas y de fiscalización.

Por otro lado lejos de un fortalecimiento regional se ha pretendido enfrentar con una promoción interesada de un “municipalismo”, Toledo antes y ahora García tienen el claro norte político de desarmar la iniciativa regional que no se encuentran en manos políticas de sus partidarios. Por ejemplo con la tesis de “municipalizar la educación” desconociendo el rol de las regiones, demuestran improvisación y busca enfrentar responsabilidades a fin de evadir una verdadera Reforma Educativa. La liquidación del CND por parte del APRA, a partir de críticas justas provenientes de los gobiernos regionales, para ponerlas por debajo de la PCM, es un claro intento de fragmentar y subordinar la iniciativa y política nacional de las regiones; es más fácil enfrentar o cobijar por separado a los gobiernos regionales que aceptarlos como una contraparte dialogante del poder.

La constitución de la Asamblea Nacional de los Gobiernos Regionales es un paso importante y una respuesta adecuada desde las regiones, pero esta tiene una función coordinadora sin llegar a ser una institución de contrapartida como era el CND con funciones de relación y como parte de una estructura. Pero ese es un proceso que se irá construyendo a medida que maduren los gobiernos. La intervención de ese organismo en el conflicto magisterial como puente de interlocución o la respuesta frente al DL 982 afirman dicha tendencia positiva.

García y su gobierno saben que la hola de descontento y protesta regional, se han situado nuevamente en los espacios regionales como los focos principales de la disputa política y económica, ante el cual el gobierno ha esgrimido la represión y la demagogia, sin resolver los problemas de fondo. Por un lado maniata a los gobiernos regionales y por otro les sopla la pluma de todas las inversiones como ha planteado en el último mensaje presidencial.

Un Gobierno Regional sólido política, programática y con un liderazgo presidencial claro, es la mejor opción para la iniciativa y agenda política nacional.

4.- AUTARQUÍA DEPARTAMENTAL O INTEGRACIÓN REGIONAL.

La ficción política de los departamentos persiste, las actuales regiones sin perspectiva económica y territorial subsiste; el fracaso de la consulta de la integración ha echado más leña al localismo. Esta claro que en el caso del Cusco, la voluntad integradora apunta a una alianza estratégica mayor, persistir en una integración del espacio sur-este como fue la apuesta de Cuaresma, está destinado al fracaso.

La integración verdadera es un proceso a construir, partiendo desde una perspectiva económica, territorial, cultural, emergente y emprendedora, nadie quiera una “unidad de pobres y pequeños”. La construcción del Macro Sur, teniendo por trípode el rol del Cusco, Arequipa y Puno es una posibilidad a la que las otras regiones del Sur pueden concurrir, todo depende de la voluntad e iniciativa de los gobiernos regionales, de las alianzas económicas y sociales, de los roles culturales, de la dimensión geopolítica del macro sur como contra peso al centro y en el marco internacional.

El Cusco debe recuperar su rol de articulador de un estado descentralizado, sólo así puede jugar un activo papel en la arena nacional e internacional. Para esto se necesita una mirada de estadista y de proyección estratégica, el resto es una repetición de localismo. La realidad viene imponiendo y validando experiencias como: los corredores económicos, aproximaciones macro regionales en el norte, el oriente y el centro, entre otros. El tema en el gobierno nacional es de segunda o tercera prioridad, postergando a las calendas griegas la nueva consulta que estaba programado para estos años, al centro tampoco le interesan regiones sólidas e integradas.

5.- LA IDENTIDAD Y EL IMAGINARIO POPULAR

La elección de Machupicchu como una de las maravillas del mundo, es una buena oportunidad para una reflexión acerca de la cultura, la identidad, el imaginario popular, el conocimiento y el factor subjetivo, entre otros componentes que tenemos los seres humanos. Al fundamentalismo ese aspecto no le interesa o busca homogeneizar nuestros cerebros totalitariamente, a pesar que el siglo XXI es el siglo del conocimiento y la información.

Curiosamente en las propuestas y gestiones regionales y locales, el capitulo de la cultura no existe o es muy pequeña casi secundario. El gobierno regional de Cuaresma no fue ajeno a eso, al igual que Fujimori, pensó que techando o remodelando escuelas hacía cultura y educación, cada cual piensa con el tamaño de su naturaleza cerebral.

En nuestra región en particular la relación de patrimonio y el turismo se ha trastocado. El inmenso potencial que tiene la sabiduría andina-amazónica, el patrimonio y la riqueza cultural, se ha mercantilizado con el tema del turismo y su rentabilidad. La región y la ciudad del Cusco pierden crecientemente su identidad, este proceso de enajenación de nuestra personalidad, es la fuente principal de la “cultura del fracaso y la derrota” que arrastramos desde la política, la educación, la crisis de la universidad, la pérdida de valores como la honradez y la decencia.

El actual Gobierno Regional ha lanzado la iniciativa de una campaña de alfabetización como parte de su programa de mejorar la calidad de vida, al cual viene asignando importantes recursos. Esta iniciativa positiva tiene que superar la repetición de otras experiencias librescas y memorísticas de alfabetizaciones del pasado; la nueva ruta del conocimiento tiene que partir de la recuperación de la identidad y la autoestima del hombre andino-amazónico en un escenario universal y en progreso. Iniciativa que debe ir acompañada de una posición de cambio en la educación, un nuevo modelo universitario, hasta una forma de buen gobierno.

Es momento por otro lado que la política cultural sea separada de la gestión del turismo, para eso se hace imprescindible una reestructuración de los roles y desempeño del INC. El debate del turismo como una política promotora del desarrollo de oportunidades para todos y con todos, es una agenda pendiente.

La política con la niñez no es asunto sólo social es ante todo cultural, en ese contexto un debate de la política y rol de los medios de comunicación resulta impostergable; el gobierno regional y las municipalidades tienen una gran responsabilidad, no sólo en garantizar un espacio de pluralidad y libertad, sino ante todo de recuperación de nuestra identidad en el marco del avance del conocimiento universal.

La abstención o menosprecio del tema cultural, cuando existe un avance de la alineación y el bricherismo, el surgimiento de fundamentalismo como el Opus Dei desde la Iglesia o desde rezagos senderistas en la otra orilla son perniciosos para nuestra existencia. La cultura del diálogo y la interculturalidad no es incompatible con nuestra recuperación de identidad.

6.- LA DERROTA DE LA IMPUNIDAD Y LA CORRUPCIÓN

Fujimori es la expresión concentrada de un personaje y un gobernante corrupto y criminal, llevado a su expresión máxima, lo peor es que dicha conducta se ha generalizado como una fatalidad en la población, es probable que esa sea la peor de las herencias de dicho régimen. Las autoridades regionales y locales, los dirigentes sociales, empresariales, estudiantiles, barriales, periodistas, políticos, etc. no son extraños a estos peligros y prácticas.

El Gobierno de Cuaresma tiene que responder ante la justicia, como lo tienen que hacer quienes gobernaron en la región, municipios, universidad, empresas, en la época de la dictadura; no tiene que ser una persecución política, tiene que ser una sanción basada en la justicia y el derecho, para sentar un precedente para el futuro.

Los actuales gobiernos: regional y municipales son prisioneros de estas posibilidades si entre sus componentes y equipos de gobierno no existe la transparencia y la decencia comprobada; cumplir con la oferta de “corrupción cero” es un buen compromiso, pero eso tiene que ser práctico y extensivo en todos los planos y tiempos.

Del mismo que el cumplimiento de las Recomendaciones de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, que no deben quedar en la letra.

El Presidente García, el Congreso Nacional, el Poder Judicial, las FF.AA. etc. no son los mejores ejemplos en el tema, pero el Cusco como región y ciudad deberían hacer un inmenso esfuerzo por ser la cuna de un gobierno honrado, eficiente, moderno y transparente.

7.- UN NUEVO LIDERAZGO REGIONAL

Existe una crisis de representación, por: la quiebra del sistema político de partidos, carencia de liderazgos alternativos nacionales y regionales; fragmentación de las redes sociales; ausencia de propuestas y utopías innovadoras; todo esto nos lleva a la elección de aventureros o la amnesia de aceptar incompetentes y corruptos. Sin embargo todavía no se ha llegado al fondo del problema.

Construir desde la crisis un nuevo liderazgo requiere: fortaleza, destreza, imaginación, apertura, conciencia, amplitud y grandeza. Pasar del caciquismo o del gamonalismo patriarcal con que actúan muchos dirigentes no resulta fácil. La construcción del liderazgo político, tiene que ser parte de la construcción colectiva de un liderazgo empresarial y productivo, de un liderazgo cultural y profesional, de un liderazgo social y participativo, de un liderazgo juvenil y en las mujeres. Los procesos complejos en cambio y viraje requieren abanderados y verdaderos prospectos que personalicen los sueños y las utopías.

En las primeras décadas del siglo pasado, la primera oleada industrial con empresarios emergentes y emprendedores, fue acompañada por una reforma cultural proveniente del indigenismo, del socialismo y el aprismo auroral que partieron de la primera reforma universitaria en el continente; surgió un sindicalismo de nuevo tipo, una literatura y revistas de debate e ideas; se formó una Escuela Científica, una Escuela de Cine, en fin fue el advenimiento de una verdadera generación que cambió el rostro del Cusco feudal a un Cusco republicano y contemporáneo.

El cambio del siglo y su inconmensurable proyección abre campo a nuevos paradigmas en: el conocimiento, la filosofía, la cultura, el arte, la economía, la política, la recreación, la familia, la persona, el medio ambiente, la ciencia y la tecnología; son recursos que deben ir de la mano del cusqueño talentoso y laborioso. Pensar en grande para crear en grande, como alguna pensó y ejercieron quienes construyeron Machupicchu y las maravillas de piedra y agua que nos rodean.

UN ACUERDO REGIONAL PARA LA GOBERNABILIDAD
Y EL BUEN GOBIERNO


Tenemos que pasar de la improvisación y del fatalismo que afectan a nuestros pueblos, a construir una región de futuro, prospero, incluyente, sostenible y soberano, para todos y todas. Construir una región exige elaborar, debatir, dialogar y concertar POLÍTICAS DE ESTADO REGIONAL, en temas como: el turismo, el agro, la minería, el anillo energético, el gasoducto, el patrimonio, la cultura, entre otros, que dirijan nuestras miradas y esfuerzos para los próximos quince o veinte años, como lo hacen los verdaderos estados y naciones que lideran los cambios en el mundo; el espacio para esto debe ser el ACUERDO REGIONAL donde confluyan y dialoguen concertadamente: el estado regional representado por sus gobernantes; los partidos políticos que gobiernan ahora y llegaran mañana en su oportunidad; la sociedad civil representados por todos sus sectores. Nadie pierde o anula su personalidad, por el contrario a partir de esta diversidad se valida acuerdos y responsabilidades.

El Acuerdo Regional junto al diseño de las políticas de estado, sirve al mismo tiempo como espacio de la GOBERNABILIDAD Y EL BUEN GOBIERNO, que permitan una estabilidad en el cambio y el progreso regional, como también ejerciendo el acompañamiento de propuestas para un buen gobierno que servirá para la prosperidad de todos.


Cusco, Agosto del 2007.