Micro relatos del Viejo Puma
Relatos en Micro Bus
Volando por la “Parada”
Sólo faltaba el boletero ignorante, gritando muy seguro: avancen para atrás... en el bimotor doméstico que volaba en la India. Las gallinas y verduras, con pasajeros sentados en el piso y parados en el pasillo, le recordaron al destartalado autobús del mercado limeño.
Medio pasaje
Señores y señoras, soy un niño abandonado por mis padres; vengo a molestar un poco de su valioso tiempo, cantando unas lindas melodías ... por favor ponga una mano al pecho y la otra al bolsillo, para ayudarme con una moneda, que a usted no lo hace pobre y tampoco rico a mí.
Atraco
Hoy salí de la cárcel pe, que es la casa del jabonero a donde todos resbalamos pe, nadie me da trabajo porque no tengo certificado de buena conducta pe y no quiero seguir cuadrando pe, así que cáiganse con unas lucas pe, antes que arranche sus relojes o aretes pe... colabora pe ... causa.
Sanación
Señitos: soy una mujer desgraciada, el niño que cargo en mis espaldas, padece de una enfermedad terrible y la curación cuesta miles de soles, si no lo intervienen en el hospital se muere en unos días, con lágrimas de madre, les pido un óvolo para comprar sus medicinas, Dios y la Virgen les pagará con el cielo por vuestra caridad… bajaron del bus y cansada gritó, baja mierda que pesas mucho y se fueron a comer unos helados.
Cinco Esquinas
Damas y caballeros, quien les habla es un viejo jubilado, que trabajó más de cincuenta años para sacar profesionales a sus hijos. Ahora que llegue a visitarlos ilusionado desde mi Chiclayo querido, encuentro cerrada las puertas de sus casas, se niegan a recibirme y no tengo dinero para retornar a mi hogar. Nunca agache la cabeza en la vida, pero por este golpe recurro a su comprensión y les pido unos centavos para volver a mi tierra. Muchas gracias.
Predicando
Con el perdón de Dios, subo a este micro trayendo el verbo y no tengo vergüenza de predicar a caballeros, damas, prostitutas y homosexuales. Porqué tendría miedo de hablar del creador, si otros hablan porquerías del pecado y la mentira en sus asientos. A mí el señor me ha rescatado del hospital para hablar su verdad... de estos dulces que ustedes compran, entregaré una parte a la iglesia y con la otra seguiré con la obra... gracias, vayan en oración o subirá otro vendedor a cobrar por vuestros pecados.
Santa curación
Acá traigo las plantas medicinales, que desaparecen: las manchas de la cara originado por el hígado enfermo; limpian los ojos amarillos de la hepatitis; amiga y amigo nada de pastillas, sólo infusiones y mates de la hierba natural. Para bajar del bus secó el sudor, con sus manos temblorosas y dedos arqueados por la artritis, una frente llena de manchas y su tez verdosa. Era verdad su mate curaba a todos y todo mal, menos a él.
Paradero final
Con el respeto que se merecen, soy de la hermandad para la recuperación del drogadicto. Unos meses atrás, vendía las cosas de mis padres para comprar la maldita cocaína. Pero gracias a unos hermanos llegué a este hogar y hoy estoy en recuperación... por eso dame fuerza hermano, no mires a otro lado o te hagas el dormido, compra esta rica golosina... nadie está libre del vicio, mañana puede ser su hijo o hermana... chofer, última paradita... bajo volando.
Mala pata
Amigos subo al carro, a pedir limosna cojeando como ven, es cojera de una gangrena contra el que lucho; si ahora no trabajo teniendo los dos pies, será imposible conseguir chamba con una sola pierna, para mantener a la familia.
Los achorados
Al sentarse en los asientos sucios, pequeños y destartalados del micro, la madre recordó a su hija, que era el primer viernes del mes, el tiempo de los rateritos de la virgen; aprovechando la apretadera de los pasajeros, hurtarían carteras y billeteras, relojes y pulseras, celulares, en fin cualquier objeto para los fondos de los festejos patronales de la virgen.
Políglotas
Subieron al microbús en la Avenida de la Cultura, unos expertos en lenguas, aconsejando comprar unos libros, para aprender un idioma en siete días. En un mes puedo hablar el inglés, francés y alemán, se dijo más de uno.
Los fierros
Todos los días veo subir personas tristes, decepcionadas, necesitadas, alegres o emotivas, que hablan o murmuran de sus problemas, se quejan de la vida al igual que nosotras las tuercas. También nuestros dueños, nos explotan hasta reventarnos, sin limpieza y aceite, piensan que somos máquinas sin alma y sentimiento, cuanto de equivocados están, porque por muy de acero que somos tenemos corazón.
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