ENTREVISTA: A Luis Figueroa Yábar, uno de los directores del Cine Cusqueño
Por: Mario Guevara Paredes
En homenaje al cineasta
cusqueño Luis Figueroa Yábar (recientemente fallecido), publicamos un fragmento
de la larga entrevista que concedió al escritor Mario Guevara Paredes, y que
fue publicada en la revista Sieteculebras, Nº 12, octubre / noviembre de 1998.
—Usted, conjuntamente con
Eulogio Nishiyama y César Villanueva realizan en 1961 KUKULI, con locaciones
en Paucartambo. Háblenos de la trascendencia de esa película en el panorama del
cine nacional y el papel que tuvo en la realización del film.
De retorno a París fui invitado por Henry
Langlois, Director de la Cinemateca Francesa, para representar los documentales
en su local de la Rue de Ulme, 14. Así tuve la oportunidad, entre el selecto
grupo de invitados, de conocer a los «gurus» del surrealismo francés: Andre
Breton y Benjamin Peret, con quienes dialogamos sobre el mundo mágico andino.
Me quedé en París durante cerca de dos
años, con el apoyo de mis amigos surrealistas y del Director de la Cinemateca
hice un «estage» en el Centro de Estudios Superiores de la «Radio Televisión
Francesa». Como tenía libre acceso a la Cinemateca, asistía casi todos los días
a las dos funciones que se ofrecían para apreciar las obras de los grandes
maestros del Cine Universal. También encontré a Emilio Galli y con él montamos
El de la valija de Sebastián Salazar
Bondy, con la técnica de El Teatro de la
Doble Expresión. Me encargué de la escenografía y el vestuario. De Emilio
aprendí muchísimo, sobre todo, en dirección de actores. Desde aquellas épocas,
soñaba con hacer un largo metraje ambientado en ese pueblo maravilloso que es
Paucartambo, tierra natal de mis ancestros.
De
regreso al Perú, encontré nuevamente a Emilio Galli quien me presentó al «Rey
de Color», César Villanueva, el «Huanca», Jefe del primer laboratorio de cine
en color, «Foto Chrome», empresa del señor Enrique Vallvé, más tarde Kero Films, productora de KUKULI. Con ellos hicimos la primera
serie de tres programas en color para una mejor
transferencia
al negro y blanco de la T. V., La producción
en marcha para el Canal 13 de los Delgado Parker. Yo filmaba y Villanueva
procesaba en color Ansco 242 de la Kodak, fabricada especialmente para la T.
V.
Con Villanueva, extraordinario técnico en
«densisensitometría del color», llegamos a la conclusión que del reversible
(positivo) de la Ansco-color podíamos obtener por ampliación óptica de truca, un negativo de 35 mm., color,
del que se obtendrían copias para su proyección en salas. Luego de varios
tests, los enviamos al laboratorio «Alex» de Buenos Aires y vimos que se podía
filmar un largo metraje en 16 mm., con cámaras Bolex de cuerda, abaratando
considerablemente los costos de producción. Fue emocionante ver 3' de
ampliación proyectada en gran pantalla de la Sala de la distribuidora «Libertad»
del señor Luis Bolaños, quien sorprendido por la buena calidad
de
la imagen, nos apoyó y creyó en nosotros, siendo más tarde el distribuidor de KUKULI.
Aquí aparece un personaje importantísimo,
Eulogio Nishiyana, el «Chinito», mi gran amigo del Cine Club Cuzco, quien aportaría su valiosa formación técnica, sus
equipos de 16 mm., luces y sonido. Luego aparece un volcán de sueños y pasiones,
Hernán Velarde, entrañable amigo, más Alfonsina Barrionuevo que sería la gran
vocera de KUKULI, a través de la
prensa nacional.
Con Hernán escribimos el guión literario y
él también aportó los diálogos en quechua. Sólo faltaba la película y el
dinero para el rodaje. El «Huanca», con sus habilidades de prestidigitador y
su capacidad de convencimiento, se encargó de conseguir los 20,000 pies de
película, apenas para filmar 2 a 1, donada por su Jefe, el Sr. Vallvé de «Foto
Chrome», y algo de dinero para empezar el rodaje, fondos que se agotaron
durante la primera semana de las festividades de la Mamacha Carmen, en
Paucartambo. Villanueva tuvo que viajar a Lima para buscar financiamiento. La
verdad es que no podíamos parar, por lo que mi hermano Raúl y su esposa Elba
debieron asumir los gastos en este tramo del rodaje. Villanueva viajaba con
frecuencia a Lima a conseguir dinero de los financistas, enviar los materiales
de 16mm. para su revelado en la Kodak de USA y, en fin, resolver todos los problemas
que implica una producción.
De
esta manera, el peso de la filmación recaía básicamente en Eulogio, primera
cámara y dirección de fotografía. Yo estaba en la dirección y, asesorado por Emilio
Galli, en la dirección actoral; cuando estaba, Villanueva participaba también
en la realización. Se desempeñó como un valioso Director de Producción,
convenció a los financistas para lograr un precio de excepción y al mismo
Laboratorio «Alex» de Buenos Aires, en lo que sería, incluso para los
argentinos, la primera experiencia en el mundo de ampliar un largo metraje de
16 a 35 mm. por el sistema de truca,
cuyo costo de otro modo habría sido enorme.
Así,
en Paucartambo y Mollomarca la filmación no se detenía. Mi hermana Judith
(Kukuli), Víctor Chambi (Alaco), al que se tuvo que doblar, pues no hablaba el
quechua; Lizardo Pérez (Ukuko), Emilio Galli, (cura), aceptaron generosamente
un pago diferido por su trabajo actoral.
Sería
largo enumerar lo acontecido y aun no revelado, durante la filmación. Lo
importante es que fue realizada con muchísimo amor y total entrega por todos
nosotros; nos acompañaron en este sueño maravilloso, todos los actores, el
pueblo de Paucartambo, los campesinos de Mollomarca, extras, colaboradores y
toda la familia de mi hermano Raúl. Posteriormente, recibimos los valiosos
aportes de Efraín Morote
Best,
prólogo, y Sebastián Salazar Bondy, relato en la voz de Eduardo Navarro; Armando
Guevara Ochoa, con las composiciones musicales, grabadas en gran parte por la
Sinfónica de Pekín. Esto no se reveló por razones de seguridad, pues no
olvidemos que en el Perú gobernaba la más abyecta oligarquía con Manuel Prado,
que, entre otras cosas, prohibía viajar a los llamados países socialistas.
Quiero
mencionar también a quienes con especial esmero contribuyeron desde Argentina:
Ricardo Niztal, edición y sonorización, y Luis Longo de Laboratorios «Alex»
que junto con Villanueva supervisaron la proeza técnica de ampliar la película
de 16 a 35 mm. Finalmente, al público de todo el Perú que nos dieron su
entusiasta apoyo y estímulo aplaudiendo la película. En el Cuzco escuché comentarios
de personas que habían visto hasta por ocho veces KUKULI, considerada como «partida de nacimiento del cine nacional»
es, además, la primera película hablada en quechua.
Ingrese:
REVISTA AMARU DEL CUSCO Nro 4
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